QIK
"El silencio es tensión"

Entrevista JUE 20 OCT 2016

Sabiduría al servicio de la música electrónica, eso es con lo que nos encontramos a la hora de hablar y escuchar el trabajo de Qik aka Enrique Casal. Un experimentado artista de bajo perfil, que entre sus muchos y variados antecedentes, figura el haber sido parte de la agrupación contestaría Las Manos de Filippi y del proyecto audiovisual Tekhnë. Actualmente al frente de Aula Magna Records, nos cuenta sobre el álbum que acaba de editar, pero ante todo nos deja su particular visión del arte y la vida.

Qik

-Tenés un interesante pasado musical, por ejemplo siendo parte de Las Manos de Filippi ¿Qué nos podés contar de aquellas épocas?

Lo de Las Manos fue una experiencia muy interesante. Estuve con ellos dos años, a mediados de los ´90s. Yo venía de vivir en Rio de Janeiro, de tocar con muchos músicos cariocas, algunos de la Orquestra Sinfónica de esa ciudad, toda música brasilera pero muy ligada al jazz también. Había ido allá desde Bahía Blanca, mi ciudad natal.  Buscaba algo que sentía que necesitaba: la "identidad musical". Era una intuición que me impulsaba hacia la música latinoamericana, los ritmos que traemos en la sangre, el folklore, el tango… no sabía qué era, pero claramente eso no lo había encontrado ni en el conservatorio ni en las escuelas de jazz.  Transcurría 1993.

De vuelta de ese viaje iniciático, con mi Roland D70 bajo el brazo, de repente estaba tocando con Las Manos, en el apogeo del under porteño en Cemento, Die Schüle, Arlequines, y mil lugares más. Tocábamos La Cumbia del Cucumelo y Sr. Cobranza en plena época menemista. Una locura. Rock, punk, psicodelia y sobre todo mucha autenticidad en todo, en la actitud, en la búsqueda musical. De repente había encontrado un cachito de esa "identidad", de la manera menos esperada.

Después de eso, con la paternidad, me dediqué a estudiar y componer otras cosas, música rioplatense, algo de jazz, armar mis grupos, trabajar en estudios de grabación de música publicitaria y de TV.

Un poco antes de comenzar a tocar con Andrea Alvarez, en donde usaba mi viejo MS20, un Emu Esi32 y un Roland A90 como controlador, tuve una revelación escuchando a Matthew Herbert en el Morocco. Me cayó una ficha enorme: la identidad que buscaba en el pasado, ya era del pasado. Lo que iba a moldear y construir era lo que venía. Todos los ruidos, sampleos, armonías y ritmos que me sonaban en el cuerpo los tenía que empezar a materializar, y Herbert me estaba mostrando un camino. Todo lo anterior se convirtió en prehistoria.  Comencé una búsqueda bastante frenética de nueva música y aparecieron Boards of Canada, Pansonic, Porter Ricks, Villalobos, Hawtin, Perlon… Lo demás es historia conocida.

-Acabas de editar Umbral ¿Cómo fue el proceso creativo del álbum?

Umbral empezó un poco como un juego. Probando elementos sin un plan concreto para un álbum, empecé a ver como se armaba un rompecabezas que me interesaba. Trabajaba en varios temas simultáneamente, sin pensar todavía en un conjunto, y el sonido general empezaba a tener una coherencia. Melodías muy espaciadas, experimentos con sampleos que había estado trabajando en las últimas presentaciones de Tekhnë, con Milena y Pablo desde Berlín, grabaciones con los sintes, y un aire de dubtechno en las bases. Todo de forma bastante natural y, de alguna forma, yendo por mis caminos conocidos.

Cuando ya tenía perfilado el álbum y los temas estaban "terminados", ahí sobrevino la crisis. Todo me sonaba mal. La música no tenía armónicos ni calidez, los diálogos internos entre los elementos no me terminaban de cerrar. Ese fue el momento más interesante, en el cual el proceso creativo dio un giro. Empezó un tiempo de regrabaciones, con micrófonos de todo tipo, armando nuestros mics de contacto, binaurales, condensers, grabando objetos resonando con pistas que ya estaban grabadas, tocando cachivaches para reemplazar o complementar hi hats, pasando pads VSTs por los Moogerfoogers o los filtros del MS20….

En paralelo estaba haciendo la música y el foley para una peli, un largo de 180 minutos, entonces estaba grabando ruiditos todo el día, o mejor dicho, todas las noches,  porque de día el ruido de la calle no me lo permitía, o porque estaba en mi trabajo "formal". Umbral  es un disco muy nocturno,  muy del silencio, concebido en la intimidad de muchas noches de trabajo.

-El disco es nocturno pero prácticamente no tiene tracks para el dancefloor ¿Se dio naturalmente?

Es cierto, el álbum no está orientado al club. Es muy home-listening, y desarrolla algunas ideas sonoras que tengo siempre latentes, y necesitaban ser plasmadas.  

Cuando digo que el disco es nocturno no me refiero al dancefloor.  A mí siempre me atrajo mucho el after del after, un momento de cansancio de los sentidos, y por lo tanto de extrema sensibilidad. La gente que me conoce tocando en esos momentos, sabe que me gusta reconfigurar todo el liveset, cambiar afinaciones, potenciar detalles que usualmente están atrás en la mezcla, filtrar bombos, y llevar el bpm por debajo de 110. Para mí son momentos muy especiales, y que disfruto muchísimo.  A ese tipo de nocturnidad me refiero, que por supuesto se da también en la intimidad del hogar, en la que se necesita una cierta delicadeza en la escucha.

Aun así, Umbral tiene dos o tres temas que se pueden usar en la pista, de hecho en vivo uso varios loops del disco, que en hora pico funcionan bien.  Como a todos nosotros, me gusta que la gente baile cómoda y con ganas en el momento que la pista necesita energía.

-Ya que hablas del momento after del after, mencióname 5 tracks fundamentales que aplican en esas circunstancias (tuyos o no, electrónicos o no).

Me cuesta elegir  temas para esta situación, por lo delicada y amplia. Sobre todo porque al no ser DJ no estoy tan atento al track como un todo a la hora de tocar, sino más bien a combinaciones de elementos que pueden generar un cierto clima, que en vivo se va moldeando en la medida de lo que intuyo que funciona en el momento.

De todas formas te nombro cinco tracks que desarrollan ideas que me gustan para esa situación:   

Frank Bretschneider, Walking On Ice, Mille Plateaux, 2001
 youtube.com/watch?v=5Cx1J8sA2Hk
Alex Under Bola 3, Soma,  2012
 soundcloud.com/soma/alex-under-bola3-soma-cd093
Cristian Vogel, Snow crunch, Shitkatapult, 2016
 beatport.com/track/snowcrunch-original-mix/8226985
Porter Ricks, Port gentil, Chain reaction, 1996 / Type, 2012
 soundcloud.com/fat-moe/porter-riks-port-gentil
Jan Jelinek, Them Their,  Scape, 2001
 soundcloud.com/dmitrydetective/jan-jelinek-them-their

Me parece curioso, viendo la diferencia en los años de los releases, que esta línea estilística  funcione musicalmente y trascienda  las "modas". Esto no es un dato menor, ya que no pasa frecuentemente que un estilo no identificado como "marca" de un artista, tenga este carácter de atemporalidad.

El tema de Porter Ricks, por ejemplo,  ya tiene 20 años, otros 15, otro 5 años, y el de Cristian Vogel aparece casi al mismo tiempo que esta nota.  Esta permanencia, además de convertirlos en clásicos, nos está confirmando, a los productores que amamos este sonido, un camino rico, sobrio, y  una puerta que se abre hacia adelante. Ojalá Umbral llegue a ser escuchado en un futuro manteniendo esta vigencia.

Qik

-¿Cuál es la importancia que le asignas al silencio dentro de la música?

El silencio me genera mucha curiosidad y varias reflexiones. No tengo la certeza, pero no creo que sea  casual que 4`33" de  John Cage y Enjoy the silence de Depeche tengan idéntica duración.

Prefiero decir "escucho el silencio" a decir "no escucho nada".  El silencio es descanso y espacio, pero también es tensión. Podríamos partir de la idea de que la onda senoidal es el UNO y entonces el silencio es el CERO. Sin embargo, ni el CERO ni el UNO ni el silencio ni la senoidal existen en sus formas puras en la realidad. Es decir, en el mundo concreto existen aproximaciones a estas abstracciones. Llamamos silencio a la ausencia de (algunos) elementos sonoros, pero es bastante obvio que cuando esos elementos se callan, aparecen otros, más sutiles, aparecen en los parlantes el hum, el hiss, y fuera de los parlantes el sonido del entorno.  Entonces el "silencio" –comillas necesarias ahora-  es algo en sí mismo, quiero decir, es ausencia pero también presencia. Ahí está su importancia.

Dicho y entendido esto, podríamos pensar al silencio como el lienzo en blanco, y también, y esto es fundamental, lo que está alrededor del lienzo. Entonces es el espacio y el tiempo en el que flotan los sonidos más notorios, y atrás de esos sonidos, siempre hay un silencio que en la realidad nunca es absoluto. Cuando un elemento deja de hacer lo que viene haciendo, cuando se calla el bombo, o cuando una melodía tiene el espacio suficiente entre sus notas, se escucha el silencio que hay detrás. Creo que esto produce una especie de horror vacui. En este sentido, digo que el silencio es una tensión también. Es difícil no sucumbir ante la tentación de llenarlo. 

Estas son observaciones un poco teóricas y me sirven como disparadores. El silencio es inquietante.

-Umbral, además de digital se edita en CD ¿Cuál es la importancia que le das al formato?

El hecho de que Umbral esté en CD está vinculado en gran medida al valor y la permanencia del objeto.  Es decir, su existencia, su materialidad.

El formato CD, si me animo a evaluarlo desde la estrategia comercial corporativa, da signos de estar cayendo en el pozo de la obsolescencia. Es un placer escuchar vinilo, vuelve el cassette, pero las compus ya vienen sin reproductor de CD. Por otra parte, para mí es una delicia tener el arte impreso en buen papel, el disco físico, y a su vez, tener en el digipack un código único de download, con el cual te bajás todo el material, más el artwork y otra información, que no está en los portales de música digital. Del CD directo a la compu y en buena calidad. Ese el mensaje total de esta producción. Entonces el CD es para mirar y tocar. En el mejor de los casos, un objeto de colección.  La música va directo a la compu usando tu code personal. 

Con Aula Magna estamos en un momento muy particular, retomando la fabricación de vinilos con un plan muy serio para "profesionalizar" el sello en nuestra medida, con todo lo que eso implica en este momento de la escena.  Es en ese contexto que aparece Umbral y previamente Cinética de Seph. Son dos álbumes con un tinte experimental que no podían ir enteros en vinilo, y tampoco daba que aparezcan digital only. Teniendo en cuenta todos estos aspectos, la decisión fue editarlos en CD.

-Más allá de particularidades en cada artista, el sello tiene una clara personalidad sonora ¿Cuáles identificarías como los puntos claves de esa conexión?

Aula Magna es el título de una coincidencia de búsquedas estéticas que nos sorprende desde cuando nos empezamos a conocer, en el 2001 más o menos. No hay especulación en esto.

Nos atraen desde siempre ciertos climas, timbres, desarrollos, sonoros y visuales, y necesitábamos tener una plataforma para canalizar estas inquietudes. Por supuesto que esto ha ido mutando, y en nuestro desarrollo personal, se profundizaron diferencias en las búsquedas. Hay un grado de aceptación y respeto de la individualidad muy saludable en esto. Creo que existen ciertos acuerdos tácitos que van más allá de lo coyuntural, y que se extienden a un grupo de gente que por suerte ha ido creciendo a lo largo de casi 15 años. Hablamos de una conexión en un colectivo al que me gusta llamar Familia.

-Me gustaría que hables sobre que fue Tekhnë y el contexto general que les tocó vivir.

Tekhnë es un grupo de experimentación audiovisual integrado actualmente por Milena Pafundi, Pablo Denegri y yo. Los  tres estamos trabajando juntos en este proyecto desde 2004. En este momento preparamos una obra nueva para ser presentada en La Noche de los Museos, en el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires.

Acerca del contexto que nos tocó vivir en los comienzos, creo que es claro para todos que en Buenos Aires, en ese momento, antes de la tragedia Cromagnón, existía una proliferación de lugares para tocar y propuestas de un sinnúmero de artistas. Toda esta coyuntura estimulaba la escena. En este marco empezamos con la idea de un proyecto audiovisual que trabajara sobre música electrónica con un alto grado de improvisación, y procesamiento en tiempo real de material de video propio, o tomado de otras fuentes. Nos presentamos durante 2004, todos los miércoles del año, por la noche en la galería S/T, en Acuña de Figueroa.

Sin tener demasiadas referencias de otros colectivos que trabajaran de esa forma. Milena y Pablo investigaron hasta dar con el Resolume, y yo tocaba con Reason. Fue una escuela sin duda. No teníamos laptops, de modo que cargábamos dos o tres compus con monitor, y nuestros controladores. Para el video los chicos mandaron a hacer un controlador midi hecho a medida, para trabajar específicamente con el Resolume. En el inicio estaba en el equipo Mauricio Barembuem, después Barem, que tocaba con vinilos, y luego se incorporó Mekas y empezamos a trabajar sonido con dos compus. Fue una época muy linda, que generó material e inquietudes que todavía hoy nos alimentan. El nombre Aula Magna nació en un viaje que hicimos con Tekhnë a Quequén para una presentación en un evento.

En los últimos años nos hemos presentado  en el MAMBA, en CC Matienzo y varios lugares más, como un canal de TV de aire informal (me encanta decir "pirata"),  con Tekhnë No TV, diria nuestra obra "insignia", que en sucesivas etapas de evolución desarrolla aspectos o situaciones de procesamiento de audio e imagen tomados de transmisiones de TV de aire o digital en tiempo real. Este es un proyecto de maduración lenta, en el que fuimos aprovechando los avances y limitaciones tecnológicos para su integración en la obra. Por ejemplo en las últimas presentaciones, captamos y procesamos imagen y audio en simultáneo de transmisiones de aire de TV abierta local, y señal de TV transmitida vía Skype desde Berlín, creando una simbiosis de ambas, en climas logrados por procesamiento en tiempo real durante  la performance. Algo difícil de describir en palabras.

-¿Próximos planes tanto de Aula Magna como personales?

En lo personal estoy bastante atento a Umbral en este momento. Siento necesario igualar la dedicación puesta en la composición y la producción,  con la energía  a invertir en la difusión. No siempre me pasa con tanta claridad. Es un disco que quiero.

Simultáneamente, estoy equipando el estudio desde hace un tiempito. No me interesa para nada que sea la NASA, pero sí que tenga la inteligencia y riqueza suficientes como para no invertir tanto tiempo en lograr un sonido que busco. Tener micrófonos, instrumentos, filtros, procesadores y MIDI en un setup flexible y pensado a medida de mis necesidades. En definitiva, busco profundizar en el armado y el uso del estudio de la misma manera en que uno estudia un instrumento.

Antes de que Juani (Mekas) viaje a Alemania ya tuvimos algunos frutos bastante dulces produciendo  juntos en casa, aun no teniendo muy definido un proyecto musical. Intuyo que consistirá en trabajar sobre techno más pista, partiendo de lo desarrollado en esta última etapa. 

Esto también se relaciona con que Aula está en un momento muy particular. Mekas y Pablo (Denegri) están en Berlín y Seb (Seph) y yo en Buenos Aires. Esto dispara muchas posibilidades, como por ejemplo hacernos cargo de la prensada y distribución de los discos de forma independiente, es decir por fuera de un combo de P&D, como así también pensar en hacer un label show case en Berlín. Esta nueva realidad nos impone un replanteo en la organización y planificación del sello, que por diferentes motivos, no estábamos abordando. También estamos convocando a artistas muy interesantes para los próximos Aula Magna  Podcasts y para remixes en los próximos EPs. En líneas generales, estamos analizando con mucha atención el flujo de producción y planificando con más precisión para que lo que venimos haciendo artísticamente, suba un escalón en cuanto a presencia y solidez.

Enlaces:
 facebook.com/qikofficial
 facebook.com/aulamagnarecords

Entrevista: Damián Levensohn
Fotos: Lucia Torrez, Sol Casal y Aldana Casier.

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