Es muy fácil agregar un "Ey DeeJay!" con delay y filtros en una estructura musical de corte "electrónico", pero para mí, tremendamente aburrido. Hace rato que están de moda las voces femeninas domesticadas nacidas verdaderamente en Bjork, o si se quiere, en exploradoras como Meredith Monk. Y no está mal. Me gusta observar como los seres humanos vamos necesitando determinadas sonoridades, y parece que entramos en un estilo y lo exploramos al límite hasta aburrirnos y sentirlo agotado. Luego vamos con otro. Y quizás retomemos alguno abandonado, así como se volvieron los pasos sobre los sonidos vintage o la exploración de visionarios tereministas. Parece que siempre nos estamos preguntando como reformular algo y a dónde nos lleva. El tema es amplísimo y podría compararse salvajemente con la forma de cocinar. Si bien hay recetas o costumbres "clásicas", siempre estamos cambiando hasta la forma de emplatar: si se pinta el plato con líneas curvas, si se sirve poco y en "torre", si prevalece el uso de platos cuadrados o redondos. Somos buscadores full time, en todo. Y creo que la búsqueda de fórmulas musicales tiene mucho por andar todavía. Si la música electrónica se viste diferente cada vez, con voces en español o inglés o tuva siberiano, pues ya veremos a donde nos lleva. Entretanto disfrutemos el proceso.