El viernes me volvió loco la primera hora y media de Sven Vath. Cerca del final de la primera hora pasó dos temas seguidos que dejó como diez minutos cada uno, tan voladores que sentí que estaba bailando en el techo (alguien sabe cuáles eran?). Un poco antes de que se fuera al baño el set me empezó a aburrir, aunque me gustó que pinchara Numbers de Kraftwerk (no Computer World que me pareció de más).
De Holden esperaba más, no me gustó su sonido y me resultó un hard trance que no difería mucho de lo que hacía Shambhala un par de años atrás.
El sábado llegué para los últimos 10 minutos de Barem, que me parecieron agradables. Pero cuando subió Pierce se notaba que su sonido estaba mucho más cuidado, me gustó mucho lo que hizo aunque se me piantó una lágrima cuando terminó y no pinchó Anxiety.
Magda fue mi gran decepción, no me gustó su sonido para nada. Al rato me fui a escuchar a DJ Dan que puso la fiesta más allá de las nubes, divertidísimo.
Marc Houle me voló directamente la cabeza. Me hizo sentir sensaciones similares a lo que viví en vivo con Kraftwerk y Daft Punk. Me fascinó escuchar un mini loopito de Business, los temas del último disco todos abletoneados. Explotó cuando puso Borrowed Gear y el final con Bay of Figs fue realmente de otro planeta.
Me molestó que el ombliguista de Richie Hawtin no dejara que lo aplaudiéramos más y se aprovechara de donde dejó la fiesta.
De Hawtin escuché la primera hora, me gustaron algunas cosas pero me terminé yendo a dormir.
Sobre el sonido, había que posicionarse estratégicamente para que no rebotara por todos lados. Y el viernes tuve que ponerme un par de algodones por los agudos, que a los altos nos mataban en la pista principal.