RAma
músico
alta:02/09/04
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dom 05-mar-2006 17:10
La peor noche de toda mi vida.
Pagamos $50.- y, a los diez minutos de ingresados y a escasos metros de la puerta de entrada, los gorilas subnormales de seguridad nos echaron violentamente a mí y a dos amigos más.
Mientras me agarraba del cuello y me tomaba del brazo por la espalda, uno de estos matones descerebrados me amenazaba diciéndome "callate que te voy a romper la cabeza, te vas a vender falopita a otro lado".
Primero y principal, ninguno de nosotros estaba vendiendo drogas. Segundo, si ésto fuera cierto, lo lógico hubiera sido que nos quiten lo que fuera que estábamos vendiendo y que llamen a la policía para que nos detengan. Obviamente no lo hicieron porque no existía tal cosa. Tercero, habíamos pasado sin inconvenientes los cacheos de control de acceso al local. Una vez fuera del lugar, lo primero que hicimos fue ir a buscar al vigilante que estaba de guardia en la esquina de Alsina y Bernardo de Irigoyen a explicarle lo sucedido.
El tipo llamó a otro móvil. Cuando llegó el resto de los policías les dijimos que queríamos que la gente de B1 nos devuelva nuestras pertenencias que habían quedado dentro del guardarropas y el dinero de la entrada porque, literalmente, nos habían ROBADO $50.- a cada uno.
Uno de ellos entró al boliche y sacó nuestra mochila pero nos dijo que no nos iban a devolver la entrada porque era un local privado y se amparaban en el tan mentado "Derecho de Admisión". Al escuchar ésto, nuestra respuesta fue que el derecho de admisión se ejerce en el acceso al lugar y, si existe algún inconveniente por el cual no podemos entrar, nos lo tienen que hacer saber en la puerta antes de pagar la entrada. En caso de que estuvieran haciendo uso del derecho de permanencia, debería existir algún tipo de prueba que justifique la medida. No hubo dicha prueba porque, como dije más arriba, tal prueba no existía. Es más, nos ofrecimos a ser revisados por la policía para demostrar lo que decíamos pero éstos se negaron.
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