NOTICIAS: ¿Qué fue lo más extraño que vieron?
Martín: Un viernes vi en Pacha a cinco grandotes, musculosos, llenos de cadenas de oro, muy bien vestidos. Estaban sentados fumando mixto y un patovica los señalaba con ese láser rojo de los boliches. Le hacía señas de que lo apagaran y ellos lo miraban con cara de ?¿qué querés? Tomátela, no nos molestés?. Y siguieron fumando tranquilos.
Lo que vio Emanuel un sábado en Pacha es difícil de creer, pero a él, de la noche, ya no lo sorprende nada. ?En el medio de la pista vi a un flaco fumando lata. Te lo juro por Dios. Es increíble. El chabón estaba delante de todo el mundo, no es que lo hizo en el baño?, dice. Fumar lata es agarrar una lata de gaseosa, doblarla y agujerearla en la mitad para poner ahí pasta base y cenizas de cigarrillo. Eso se quema y se fuma por el otro agujero, por el que debería beberse. La sorpresa es debido a que fumar de esa manera siempre estuvo vinculado con los sectores marginales.
Lolas. La cita con Tatiana es en una plaza de Villa Urquiza, con el ruido de las murgas de los corsos de fondo. Tatiana andará por los 26 años, usa cartera y joyas Bulgari. Es recepcionista. Dice que un montón de sus amigas se operaron las lolas con plata que hicieron vendiendo droga en Hummer.
?Me acuerdo que una vez con las chicas vimos a un loquito fumando lata en Sunset. Eso no es muy común; pero lo del 'mixto' está en estos boliches hace rato; en los que pasan cumbia, no?, cuenta Tatiana, y agrega que ?cuando toca un DJ en particular en Pacha es alevoso la base que se fuma?.
Noches vips. Es un sábado de febrero y al playón de estacionamiento de Pacha, además de autos Minicooper, Bora y otros de alta gama, entran combis. Combis que vienen de Brasil y del interior del país. La entrada cuesta $80; lo mismo que el champagne que los chinos tienen a $15 en los supermercados. Adentro hay chicas pulposas que podrían trabajar de vedettes o posar para Playboy. Los chicos no encaran; no es como en un boliche de cumbia que bailan con las chicas. Todos parecen educados. Nadie empuja; suele pedirse permiso para pasar o disculpas si se empujó sin querer. Venden botellas de alcohol y dan vasos de vidrios; es difícil que existan peleas.
Ese es el código. Vos podés fumar pasta base en el medio de la pista, drogarte con lo que quieras. Ahí no entra la policía. Está todo programado para que sea una fiesta. Pero tenés que respetar un código: cero disturbios; cero peleas?, es la primera reflexión de Facundo.
La primera vez que él fumó ?mixto? fue en una quinta con amigos. Fumó base y llegó a la conclusión de que con lo adictiva que le resultó, no podía fumar en los boliches. ?Ahí no la puedo manejar. Es incontrolable. Es querer irte del boliche a la villa a comprar más y dejar las zapatillas o el celular si no tenés plata?, explica. Facundo tiene 27 años y es de Villa del Parque. Es vendedor de un local de ropa y antes trabajó de relacionista público en Cocoliche y Bahrei. Estuvo internado en un centro de rehabilitación de Ramos Mejía.