En este lío hay que diferenciar para no hacer pelota a todos los que estuvieron organizando. Los chicos que se ocuparon de contratar a las bandas son tan damnificados como el público. No son parte de la concepción del evento ni de la inversión. Ellos hacen fiestas electrónicas todo el año en Capital y les salen súper, tienen excelente reputación con los managers de bandas y en esta ocasión fueron manipulados por otros. Ellos no arriesgarían su trayectoria en el mercado por este evento si no fuera porque cayeron inocentemente, de esto viven todo el año y merecen ser respetados para que puedan prosperar y reponerse de este mal momento.