Llevas ya mucho tiempo en esto y suponemos que tienes una opinión acerca de la demonización de la música electrónica por culpa de las drogas?
Para empezar, tengo que decir que nunca he tomado nada. Ninguna droga. Supongo que esto ya te dice algo acerca de lo que pienso sobre el consumo. No he tomado nunca pastillas y tampoco bebo alcohol. Dejé de fumar hace un tiempo. En mi mente, la música funciona por sí misma. Puede que suene un poco demodé lo que voy a decir, pero yo hago una interpretación de la música totalmente limpia. Yo puedo hablar de lo que yo siento, pero el tema de las drogas como no lo controlo, no lo conozco, pues se me escapa un poco.

¿Cómo ve un argentino de pura cepa como tú el boom minimal que ha surgido de Alemania?
Pues creo que es una pena que ahora todo el mundo diga que toda la música que sale de Alemania es maravillosa. Ahora todo lo que surge de la escena alemana es buenísimo y fantástico. Alemania ha sido un país que nos ha dado buena música electrónica desde siempre, no sólo ahora. La verdad es que a mí no me gusta todo lo que viene de Alemania, y no creo ni mucho menos que lo que se hace ahora sea tan alucinante. Es como cualquier otra parte del mundo, con sus buenos artistas y sus artistas malos. La buena música está en todas partes, lo único que tienes que hacer es un pequeño esfuerzo para encontrarla.

¿Hasta qué punto ha sido Paul Oakenfold decisivo en tu internacionalización?
He tenido mucha suerte con él, porque comencé a viajar fuera de Argentina con Paul, cuando él ya era toda una estrella internacional. No tuve que comenzar de cero, y eso es un privilegio. Podríamos decir que Paul me apadrinó y me dio a conocer a grandes audiencias, audiencias muchos más numerosas que las que tenía antes. Su mediación y su apoyo me facilitó mucho el trabajo y me dio un nombre en todo el mundo y tengo que agradecérselo profundamente.


Grosso Hernan!