Vitalic: el hombre y la trucha

Hay dos conceptos que se asocian sin motivo alguno con baja cultura electrónica: la dureza y la incitación a la fiesta y los subidones. Y no tiene por qué ser así. Es cierto que hacer música rápida y con acelerones es un recurso fácil para arrancar gritos en la pista de baile, pero también se puede hacer con estilo y conocimiento de causa. En ese sentido, el francés Vitalic se ha convertido en un perfecto ejemplo de cómo se pueden aplicar los patrones más sencillos del techno y el electro a un sonido que es energético sin parecer simplón y es accesible para todos los públicos sin ser la clásica zapatilla de baja calidad. Su historia es muy sencilla: el francés Pascal Arbez comenzó en el mundo del techno y el house, se inició con unas producciones endebles que poco a poco fueron mejorando, se hizo popular en la escena gala bajo el nombre de Dima y no fue hasta la publicación de su célebre “Poney Ep” en International Deejay Gigolo que se convirtió en un productor para la pequeña masa de público que buscaba algo más allá del electroclash. Duro y con subidones, con melodías cósmicas y una producción intrigante, el hombre que se hizo famoso con el “Poney” ahora es un vaquero en toda regla. Le entrevistamos al respecto de su nuevo álbum, “Ok cowboy”” y también coincidiendo con su visita a Monegros. Un crack como pocos.

Tu primer lanzamiento como Vitalic fue el ‘Poney Ep’, un disco con un cierto título de caballo, y ahora ya tienes tu primer disco largo, que se llama ‘Ok cowboy’. Volvemos a los equinos… ¿Qué significa eso exactamente? ¿Te gustan los caballos o has querido hacer ver que el pony te ha crecido y ahora es un jamelgo hecho y derecho?

Bueno, veo que más o menos lo has pillado… ‘Ok cowboy’ es un chiste sobre el pony, efectivamente quiero hacer ver que he crecido como artista y si antes hacía caballos pequeños, ahora monto caballos grandes. Eso es el álbum para mí, mi criatura crecida. Básicamente quiero significar que hago mi música y que ésta es cada vez más madura y mejor.