-¿Cómo salió "Beautiful Life"?

-Una noche salimos con Luciana, mi mujer, a cenar, luego a una fiesta y después a casa. Ahí empecé a grabarla, como un juego. Al principio, era una canción muy lenta, muy triste. Muy triste, pero había algo que daba esperanza. Así que le hice una producción más animada, siempre buscando una calma.

-En tu visión del techno no hay rastros de tu origen. Y la mayoría de los músicos de hip hop o dance de tu país parecen obligados a usar "el gen brasileño"&

-Estoy de acuerdo. La bossa nova es un orgullo para nosotros, no vamos a negarlo. Pero como decís, en mi música no hay referencias, no hay una conga ni un bongó.

-¿Por qué elegiste ese nombre para tu disco, "Chromophobia"?

-Es una sucesión de ironías. Cuando estudiaba arquitectura, leí que los modernistas tenían un tópico: el "monocromatismo". Que se puede traducir como "falta de jerarquías": por ejemplo, la iluminación para el garage es la misma que se usa en la sala para cenar. A ese tópico básico del modernismo lo llamé "cromofobia". Como si fuera una enfermedad, y justamente mis canciones no son para nada monocromáticas. Al contrario, son muy coloridas y la tapa también es una súper combinación de colores.


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