(continúa)
Alrededor de las 5, unos amigos se fueron porque consideraban que era "muy ruidoso", empezamos a hablar, a comprar algo para tomar, típica señal de que nos estaba perdiendo, entonces dijimos "vamos al baño", cuando estábamos por entrar puso un tema (que no me acuerdo ahora el nombre) y nos quedamos cantando al costado de la cabina, otro más y otro, puso bomba tras bomba al mejor estilo Megamix White Sensation terminando con un tema de Nirvana en el que reventó todo (además me reventó el oído porque cuando lo puso subió el volúmen demasiado), la verdad es que la llevó tan bien y había tanta buena onda alrededor que no podías parar a escuchar como mezclaba, si era una pizza o no, era un impulso directo al sistema nervioso que sólo te motivaba a bailar y a reirte. Estábamos super felices, el tipo estaba descontrolando todo, empezó a regalar vasos con vodka a los que estaban adelante de todo, se comía a una minita que estaba en la cabina con él (en un momento la deja a la chica sola en la cabina, le dice chau y se va, como a los dos minutos vuelve agachado y la asusta, un personaje), cantaba, bajaba el volumen para que la gente cante, un loco total, super carismático y buena onda.
La tiene muy clara y tiene una espalda bastante ancha para hacer lo que hace sin hacer un mamarracho. En definitiva, me divertí muchísimo, sólo me dejé llevar y fui felíz por unas horas.
Felix Da Housecat, dueño de una música maquiavélica, en la que no importan los medios sólo importa el fin: bailar y divertirse... y sí que lo cumple.