Entrevista a Hernan Cattaneo...

1- ¿Cuándo te convertiste en DJ internacional?

Ya en el '93, cuando abrió Pachá y, sobre todo, desde el '98 cuando empezó Clubland. Por primera vez, en la Argentina había una noche “internacional”. Funcionaba como cualquier club del mundo, con disc jockeys del circuito internacional, que son todos los que la gente conoce: Paul Oakenfold, Sasha, Deep Dish o Digweed, cualquiera de ellos. Empezaban a rotar los Djs y yo era residente de ese lugar, lo que me permitía trabajar todos los sábados en una discoteca al nivel de las mejores del mundo. Además, estaba en contacto con todos esos súper DJs y aprendía de ellos. Una vez, vino a tocar Paul Oakenfold, me escuchó y dijo: "Me gustaría que vengas a abrir mis shows afuera". Así llegué a Europa en el '98. Era como arrancar de nuevo porque ahí no me conocía nadie. Para el público era un argentino con un nombre súper difícil de pronunciar. Fue como empezar de abajo.

2 - ¿Qué se necesita para ser un buen DJ?

Para ser un buen DJ que además sea exitoso y le vaya bien hay otros requisitos que son fundamentales. Hace falta trabajar muchísimo, tomar muchos aviones, estar todo el día escuchando música nueva. La música electrónica tiene una dinámica increíble por la cantidad de novedades que salen todas las semanas, y la gente espera eso de uno. Y eso hace que todas las semanas le tengas que dedicar muchas horas a escuchar discos, entonces no queda casi nada de tiempo libre. Cada año yo doy cuatro veces la vuelta al mundo como DJ.

3 - ¿Te gusta bailar?

No mucho, en realidad no. Es un tema tabú ese. Primero, soy un poco duro, honestamente, y siempre hago el chiste de que por eso me hice DJ. Me muevo en la cabina, sí, llevo el ritmo de la música, pero todo me pasa por dentro. A veces la gente me dice: "cómo puede ser, estabas tocando frente a 20 mil personas y se te veía tan tranquilo..." Tranquilo quizás se ve, pero no lo estoy. Es mi forma de ser y yo me siento muy bien así.