FORELLO
Love Machine
“El lore de Forello se armó gracias a Instagram y a OKCupid”. Así fue como el grupo Forello sintetizó su conformación. Forello es un grupo de compositores en tiempo real de Buenos Aires. A pesar de llevar cinco años en la escena, se podría decir que han mutado muchísimo. Desde algo muy sentimental y emotivo hacia la pista clubber techno, y ya nos adelantaron que pretenden hacer un switch en breve. Nos encontramos en una extensa charla para saber más de ellos.
El camino de Forello para ser este grupo de personas que se juntan y tocan con un set up compuesto por más de mil botones, millones de cables de colores, pantallas con formas raras y perillas, no se parece en nada al de los artistas del género electrónico, “las etapas suelen ser así: Te empieza a interesar la música dance entre amigos, después vas a una fiesta, de repente queres mezclarla, te haces DJ, ahí queres entender sus elementos y te haces productor, y después haces tu fiesta”, dijo uno de los integrantes mientras el otro decía: “Nosotros entramos por la ventana sin permiso”.
El grupo compuesto por Kuri Nova, Kil from Kilmes y Rojito, en sus inicios no era así. “Forello arranca en el 2019, con Cimarrón y yo. El proyecto no tenía nombre. Producimos cosas en Ableton por separado, nos juntamos y unimos esas canciones, queríamos hacer un disco” comentó Rojito. “Ese Forello era otra cosa, ahora nos concentramos en tocar en vivo. Como que pensábamos en hacer discos para que la gente lo escuche con auriculares”, y de hecho ese es el disco que podes encontrar en Spotify, Aquiles nunca alcanza a la tortuga. Sus canciones tenían muchos elementos, cuando tocaban ponían una pista en Ableton y manipulaban los teclados MIDI, guitarras y bajos. Rojito explicó: “Ese modelo era muy rígido, necesitábamos incorporar gente”. Entonces, publicaron una story en Instagram buscando un nuevo integrante, y así apareció Kuri.
Kuri llegó al ensayo de Forello con una batería electrónica. Rojito dijo: “Ya era un ser extraño, estuvo media hora intentando que todo sea perfecto”. Había algo que a Kuri le interesaba y algo que no: “Incursionar con gente en modo electrónico, en sincronización, era algo que ya venía haciendo, pero en mi cuarto. Previamente tocaba la batería en bandas. Me interesaba mucho la paleta sónica que traían ellos. Pero desincronizaba con la idea de todo armado, todo súper organizado. Yo estaba queriendo salir del ensayo”. En el mundo electrónico descubrió que podía dejar máquinas andando y abrazar lo lúdico. Con la llegada de Kuri entran de lleno nuevas herramientas como los sintetizadores.
Kil por su parte llegó porque era amigo de una chica con la que Rojito salió un vez por OKCupid, y lo invitó a tocar en una jam abierta que organizaban los Forello. Llegó a esa casa, que según describieron era una escena onírica. Estaban en una terraza con los sintes, Cimarrón, Rojito, Kuri y un chico con un kimono de dragones tocando, se unió Kil: “Estuvimos como cuatro horas tocando, y recién cuando terminamos nos dijimos los nombres. El mundo electrónico me hizo dar cuenta que no necesitaba la destreza física que requiere la guitarra. Las máquinas te dejan divertirte sin tener tanto talento”.
Los Forello venían de ser unos “nerds de habitación” y lo que encontraron en la electrónica es que combinaban eso más íntimo con el movimiento de la gente. Ninguno conocía el ámbito de la fiesta. Y les encantó. Tocaron por primera vez como grupo en Feliza, en ese momento Cimarrón aún era parte, poco tiempo después decidió seguir su propio camino.
Al ver tocar a Forello te das cuenta que lo que tocan empieza y termina en un momento determinado, es decir, es efímero. “Terminamos de tocar y nos preguntamos ¿Qué pasó?”, comenta Kil. “Generalmente lo construimos a posteriori. Es muy lisérgico todo, es el tiempo que no transcurre, subís, saltas, sonreís, tocas perillas, y después te bajas y decis ¿Pasaron dos horas y media?”.
Profundizamos en cómo funciona la comunicación interna del equipo. “Esa es la neurona, es lo que pasa cuando nuestros cerebros están en sincro, uno piensa y otro actúa” dijo Kil. Kuri nos contó que por inercia se dividieron las tareas: “Yo casi naturalmente manejo la veta rítmica, las cajas de ritmo. Kil va más a los bajos. Roji usa los sintes más locos, texturas y efectos. Por esa inercia cada quien fue tomando un rol”. Es una simbiosis entre lo electrónico y lo humano. “Lo divertido está en navegar por lo que sentimos pasado por las máquinas y luego lo amplificamos, si pones el parlante más fuerte, solo comunicamos más fuerte”. La escucha activa es lo más importante: “Agarrar un instrumento y encontrar un lenguaje común, decir las cosas y escuchar lo que tienen para decir”, comentaba Kuri. En las primeras jams de Forello el mixer picaba en rojo, entonces se tuvo que tornar en un ejercicio de ceder.
Forello en la pista sigue manteniendo este espíritu libre e incitativo que tenían cuando se conocieron. “Hacer un juego colectivo, cero de: che yo tengo un producto musical re pensado y re interesante y quiero que vengas a que lo consumas, el ida y vuelta con la audiencia es clave, que sea lúdico”.
Por último, si quieren escuchar a Forello, tendrán que ir en vivo. No buscan producir, de hecho, todo lo que los encasilla no está en su interés. Para ellos encerrar su música en un track es solo una fracción. Destruyen lo que acaban de hacer y lo reinterpretan. “Contar un poco de todo a través de diferentes matices. si te encerras en una forma de hacer las cosas, ya no es una expresión. Es querer armar una forma, no te interesa el contenido” dice Kuri. “Si no te sentis igual todos los días, ¿Por qué tocaríamos lo mismo todos los findes?”.
Entrevista: Julia Bartolini
Editor: Damián Levensohn
Enlaces:
Forello en Instagram
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