SÓNAR BARCELONA 2017
Manteniendo el nivel
Buenos Aliens fue testigo una vez más de lo que sucedió en el centro de donde late la música electrónica durante una semana cada junio hace ya 24 años: Sónar. Esta fue la edición más importante del festival de Barcelona hasta al momento, con récord de asistencia y presentaciones. Nuestro cronista vivió decenas de horas de emoción, y nos cuenta su inolvidable experiencia.
En esta edición del Sónar se vendieron más de 120 mil entradas, se realizaron más de 140 presentaciones y tuvieron lugar más de 200 actividades en Sónar+D, la serie de conferencias que corre en paralelo al festival. Además, durante la llamada Semana Sónar desde el lunes 12 al domingo 18 de junio hubo también varias actividades paralelas, como la noche inaugural con djset de 4 horas de Björk, la instalación Lightforms / Soundforms de Brian Eno, la muestra David Bowie Is, exposiciones sobre música experimental y arte sonoro, y más.
Hicimos lo posible e intentamos filtrar tantas propuestas, y logramos ver más de 25 espectáculos. Todo comenzó el jueves 15 con el primer Sónar de Día.
Jueves 15 / Día
Llegamos temprano para ver lo primero que nos ofrecían en nuestro escenario favorito de Sónar Día: el Sónar Complex. Dimos inicio a nuestra jornada con una innovadora clase de ciencia: Entropy, el proyecto del colectivo AntiVj junto con los talentosos Dopplereffekt (cabe destacar que su fundador es también el iniciador de Drexciya). Se trató de una innovadora clase de ciencia dirigida por la cosmóloga Dida Markovic, explicando cómo fueron los primeros segundos del principio de los tiempos, o al menos de nuestros tiempos. Presentado por el festival holandés Todays Arts, Entropy logró cautivar con sus explicaciones cuánticas gracias a lo didáctico de la clase, la intensidad de las visuales, y el misterio detrás del sonido. Difícil explicar lo que se siente viendo fotografías modernas de la NASA en pantalla gigante y alta definición.
Luego de la clase, fueron los portugueses Boris Chimp 504 los encargados de darnos los primeros sacudones con su AV titulado Multiverse. Tomaron como punto de partida la historia del cosmonauta Boris 504, un chimpancé enviado a la luna en el año 1969 que nunca más regresó a la tierra, y generaron un live intenso que supo ponerse bueno y bailable a apenas minutos del comienzo. Una odisea techno con aires de ciencia ficción.
Si hay un género que fue en ascenso año tras año en el festival fue el hip hop, o mejor dicho todas las variantes del término que se fueron dando aceleradamente en los últimos tiempos, cada vez más hypeados. Nuestro cierre de jueves fue con una de las últimas novedades de Europa del Este: Tommy Cash. De Estonia y para el mundo, viene ganando terreno en festivales y debutando en nuevos países a fuerza de visuales irreverentes, estéticas polémicas, y letras punzantes. Oscilando entre una amplia gama de géneros, yendo del trap al drum & bass, pasando por el electro y agitando con el techno, el oriundo de Tallin es un verdadero performer. Haciendo del baile descontracturado su esencia y de las visuales provocadoras su marca registrada, cumplió en su debut en España.
Viernes 16 / Día
A medida que nos adentramos en el festival, el calor nos va derritiendo. El viernes llegamos bien temprano para ver a Juana Molina presentando su nuevo disco Halo, en el Sónar Village, escenario abierto ubicado en el centro exacto del festival diurno. Fue a eso de las tres de la tarde y con un calor que superaba los 30 grados, lo que hizo que la mayoría de la gente la vea sentada en la sombra, bastante lejos. Aunque lo extremo de las temperaturas no impidió que algunos grupos terminen acomodándose frente al escenario, dispuestos a calcinarse con el sol con tal de ver el espectáculo. Su concierto de 50 minutos resultó ideal para dar inicio a la jornada, con una narrativa en sus letras que fue desde lo introspectivo hasta lo lúdico. Empezó generando climas amenos, se tornó hipnótica con Paraguaya, alcanzó uno de sus puntos más altos con Eras, e hizo saltar a la gente con Un Día. Más que aprobada en su paso por el festival.
En el mismo escenario y pegado a Juana fue el dj-set de Lena Willikens. Actuación presentada por el festival alemán c/o pop dentro del proyecto We Are Europe, fue nuestro primer dj set del día, y cumplió las expectativas. Tanto que terminamos quedándonos a escucharla más de lo planeado. Mientras se iba llenando el festival, Lena supo hacer transición perfecta entre sus joyas deep y techno y generar una expectativa más que interesante para ir armando la pista adelante de todo.
Más tarde fue nuestra primera vez en Sónar Dôme, escenario patrocinado por Red Bull Music Academy, para la presentación de Pan Daijing, artista china residente en Berlin. Empezó su set vestida de blanco y con una capucha, y fue desde el dark noise hasta el ruidismo más extremo para luego generar los rítmos más retorcidos junto con las atmosferas más cinemáticas. A pesar de algunos problemas con el sonido, fue una de las gratas sorpresas que nos dio el festival.
Volvimos al Complex para ver de qué se trata lo de Elysia Crampton, artista norteamericana en boga en los medios especializados. Su fusión entre rítmicas electrónicas y tradiciones y rituales latinoamericanos y chamánicos es parte de lo que se considera fresco en la constante búsqueda de 'lo nuevo' por parte de los medios. Nos encontramos con un set bastante personal. Disparando samples desde una laptop y también desde su teclado-guitarra, la artista con raíces bolivianas nos llevó por un recorrido que si bien asustó un poco al principio con demasiada cumbia y reggaetón, subo convencer cuando todo se tornó psicodélico. Ella le dice 'prog music', pero es más que eso.
Cerramos el viernes de día con nuestro favorito de la jornada: Clark en el Sónar Hall. La referencia de Warp Records tuvo un set memorable, con un setup bastante análogo logró ser el primero en crear percusiones que se sentían en el pecho. De una hora exacta, fue en constante ascenso techno, con efectos muy bien logrados y un aire Detroit perfeccionado que conquistó a la pista. La sala se llenó hasta convertirse en una verdadera rave y un sauna a la vez. También destacamos la puesta en escena, estuvo acompañado de dos bailarines que entraban y salían en diversas partes del set, cambiando su vestimenta. Sonaron bombas de su último trabajo Death Peak, y supo ser lo más comentado del día.
Viernes 16 / Noche
Dj Shadow. Foto: Foto: Fernando Schlaepfer
Fuimos temprano para lo que más estábamos esperando: el show de Dj Shadow, programado para las 22:30, prácticamente abriendo la jornada de Sónar Noche. Lo primero que hizo Josh Davis al subirse al escenario fue decir "Esta vez no voy a estar hablando todo el tiempo con el micrófono, y voy a tocar exclusivamente mi música". Y el que avisa no traiciona: la rompió. La puesta en escena respondía a la gira mundial presentando su disco "The Mountain Will Fall", y tuvo una de las mejores visuales que vimos en todo el festival. Con su característica precisión quirúrgica a la hora de hacer scratching y sus increíbles habilidades con las perillas, fue un deleite para los sentidos. También hubo batería electrónica, momentos anti-Trump, y recuerdos de Endtroducing, álbum que hace poco cumplió 20 años. El cierre fue una especie de medley de joyas del pasado, y dejó la vara muy alta para lo que vendría después.
Nuestra idea era ver a Jon Hopkins un ratito, pero fue imposible. Tuvimos que quedarnos todo su set. Fueron 90 minutos brutales de techno lleno de efectos. Es curioso como el aspecto de Hopkins y varias de sus producciones que son la gloria del chill no hacen juego con lo furioso de sus dj sets. Fue lo que más bailamos de todo el festival, y ahora sí que no estamos exagerando. Una verdadera fiesta techno.
Llegó el momento de perderse entre lo masivo del festival (más de 30 mil personas cada noche). Vimos cómo Nicolas Jaar no terminaba de arrancar nunca con su live, detrás de una estructura lumínica especialmente diseñada para esconderlo. Con la pista saturada de gente y con la expectativa que la fama genera, para nosotros no logró cumplir. Hubo demasiado ruidismo y atmósferas no muy bien logradas para una audiencia que estaba para otra cosa.
Soulwax. Foto: Fernando Schlaepfer
Fue la experiencia de los hermanos Dewaele al comando de su banda Soulwax lo que nos dió el cierre ideal de una jornada que estuvo bastante cargada. Los belgas presentaron su nuevo disco From Dewee con una escenografía remarcable, y lograron cautivar con sus ritmos contagiosos.
Sábado 17 / Día
Arrancamos nuestra jornada más experimental del festival en el escenario Sónar Dôme, con el cierre del dúo japonés Crystal / Sparrows. Nos encontramos con muchas atmósferas de ciencia ficción y con lo que podría ser una excelente banda de sonido para Blade Runner. Ryota Miyake, también conocido por haber colaborado con Ikonika, fue ideal para comenzar el día y armar la pista para lo que vendría después.
Y lo que vendría después iba a ser Matmos tocando en vivo con un lavarropas. Sí, un lavarropas. El dúo que se hiciera famoso por un disco basado en sonidos extraídos de un quirófano, ahora presentó en vivo su álbum Ultimate Care II, que viera la luz a través de Thrill Jockey. Destacamos que por más que el setup resultara muy curioso visualmente, era algo más divertido de ver que de escuchar. Más allá de un acertado comienzo con atmósferas tranquilas y de cierto modo acuáticas, el desarrollo del set resultó demasiado ruidista, dando a entender las dificultades que surgen al usar un lavarropas para tocar en vivo. Las grabaciones en el disco son mucho más disfrutables. De todos modos los aprobamos.
Ya es hora del showcase del sello islandés Bedroom Community en el Sónar Complex, con la presentación del norteamericano Nico Muhly. Prolífico como pocos, este pianista de formación clásica tiene en su currículum demasiadas colaboraciones importantes como para nombrarlas a todas. Presentó algunos de sus trabajos solistas sentado al piano, luego contó con la colaboración del islandés Valgeir Sigurðsson a cargo de la parte electrónica, hizo piano a cuatro manos, y también tocó con Jim Byrne, violagambista. Sí, usaron en vivo la viola gamba, instrumento de mediados del siglo XV que tuvo un regreso a la música experimental 5 siglos después de su creación. Fueron melodías de difícil acceso, pero muy placenteras. Remarcable.
El siguiente show fue nuestro favorito de todos los que pasaron por el escenario Complex. Se trata de Valgeir Sigurðsson, uno de los fundadores de Bedroom Community, subido a la cresta de la ola ártica que viene llegando de a poco. Él también tocó con el violagambista Jim Byrne, y su set fue de una hora pero pareció más largo. Así de densas eran las capas de sonido que iba generando junto a la reverberancia (orgánica, no digital) de la violagamba. Visuales de paisajes monótonos sirvieron de fondo para una hora de deleite onírico. Sonidos nórdicos y atmósferas que invitaban a la introspección. Aplausos de pie.
La vara quedó quizá demasiado alta para lo que vendría después en el mismo escenario de la mano de Amnesia Scanner, quienes hicieron abuso de recursos de escenografía como demasiado humo o juegos de luces con velocidad epiléptica, para intentar levantar una sesión de electro y trap que no nos terminó de convencer.
Phosphere de Daito Manabe en Sónar Planta fue lo último que vimos de Sónar Día. Se accedía a la obra por unos túneles que ayudaban a aislarla del resto del festival, y la propuesta era más que inmersiva. Se trataba de una estructura híbrida de luz y sonido, emitida por 32 proyectores última generación en sincronía con espejos y humo, y todo reaccionaba a los movimientos de la audiencia. Cuando llegamos se trataba de gente sentada en el piso, por lo cual la estructura lumínica oscilaba entre la calma absoluta y algunos movimientos muy sutiles. Fue el cierre perfecto de las jornadas diurnas.
Sábado 17 / Noche
Quisimos ver algo de presencia española, y nos sorprendimos con la habilidad tras las bandejas de Ylia, artista en ascenso oriunda de Alicante, así como por DJ2D2 y Will Blake, los catalanes detrás del proyecto Fuego Squad, quienes supieron cumplir abriendo para Fat Freddy's Drop.
Fat Freddy's Drop fue el primer plato fuerte de la noche, la banda neozelandesa liderada por Dj Fitchie y reconocible fácilmente gracias a la voz de Joe Dukie fue la encargada de empezar el clima de fiesta que reinaría durante toda la noche en el festival. Dub, reggae, ska, funk, techno, house, todo lo que signifique buena música pasa por sus expertas y diversas manos. (Son 7 músicos, incluyendo 3 en vientos y dj).
Esta fue la noche donde hicimos la primer visita a la pista Sónar Car, pista dedicada a presentar sets largos de diferentes artistas. El sábado les tocó a Seth Troxler y Tiga en formato back to back. Esta es nuestra pista favorita de Sónar Noche, gracias a su acercamiento a la cultura clubber y al intento de aislarse del resto del festival. Lo que se vive allí dentro es parecido a lo que se vive en una muy buena noche de boliche. El back to back funcionó perfecto, al menos durante las casi 2 horas que los bailamos. Ellos se conocen bien y son amigos. A diferencia de otras ocasiones en esta pista, Seth y Tiga ya estaban en clima de fiesta total desde los primeros temas. Un clásico atrás de otro, perfectamente mezclados. Para quedarse toda la noche.
De La Soul fue el último concierto que vimos en Sónar Noche, y cumplió nuestras expectativas. El trío desarrolló un set de hip hop muy arriba y muy esperado por la audiencia, su aire de leyendas reinó durante toda su presentación, y supieron arengar al público reiteradas veces. A pesar de no ser exactamente lo que íbamos a buscar, nos supieron dar una buena muestra de cuán ecléctica puede llegar a ser la propuesta de Sónar.
A esta altura del partido es complicado decidir dónde terminar, ya van más de 27 horas de festival, y terminamos orbitando entre varios escenarios sólo para darnos cuenta que Heidi supo mover a la pista mejor que Dettmann & Dr. Rubinstein, quizá con un techno menos lineal y más variado. Y que Prydz sigue atrayendo a multitudes en Europa con su fórmula preparada para grandes audiencias. Rozando el tan denostado género EDM.
Domingo 18 / Cierre
Ya es costumbre que Sónar cierre sus ediciones con un concierto final en el teatro L'Auditori. Esta vez eligieron la presentación del aclamado disco Death Speaks, del compositor norteamericano David Lang, a manos del conjunto inglés Stargaze y Nico Muhly, de quien ya hablamos antes (Sabado 17, Día)
Pero el programa también incluía otras cosas, y es por eso que, a pesar de cómo nos cautivó la voz de Nora Fischer durante el concierto principal, nos quedamos con Aart Strootman tocando Electric Counterpoint for electric guitar and tape, la venerada obra de Steve Reich. Y también con el propio Muhly sentado al piano tocando un poco de su álbum Quiet Music.
Resumiendo, vimos todo tipo de artistas de todo el mundo presentarse en los formatos más diversos y dispares. Pero siempre con estandartes de último nivel en la producción de todos los shows, algo que es marca registrada del festival. Al menos en Europa.
Alguna vez nos contaron que tocar en Sónar se siente como entrar y salir de una máquina, y es cierto que la magnitud que está tomando y todos los campos que está abarcando lo convierten en uno de los hechos culturales más relevantes de cada año. Y por si esto fuera poco, el año que viene va a ser el 25º aniversario. ¿Será que también van a expandirse en Latinoamérica? Seguramente nos vamos a enterar al finalizar las ediciones del festival en Buenos Aires y Bogotá, que ya tienen a Sigur Rós confirmado. Suena prometedor.
Enlaces:
sonar.es
Texto: Guillermo Cimadevilla
Artistas Relacionados:
Björk
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Brian Eno
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AntiVj
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Dopplereffekt
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Boris Chimp 504
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Tommy Cash
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Juana Molina
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Lena Willikens
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Pan Daijing
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Elysia Crampton
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Clark
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Dj Shadow
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Josh Davis
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Jon Hopkins
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Nicolas Jaar
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Soulwax
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Crystal
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Sparrows
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Ryota Miyake
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Ikonika
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Matmos
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Nico Muhly
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Valgeir Sigurðsson
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Amnesia Scanner
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Daito Manabe
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Ylia
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DJ2D2
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Will Blake
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Fuego Squad
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Fat Freddy's Drop
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Dj Fitchie
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Seth Troxler
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Tiga
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De La Soul
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Heidi
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Dettmann
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Dr. Rubinstein
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Prydz
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David Lang
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Stargaze
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Nora Fischer
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Aart Strootman
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Steve Reich
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Sigur Rós